Cirugías Maxilofaciales

Si tu diagnóstico es sobre una afectación maxilar en la estructura ósea facial o de las glándulas salivares, en Sumidental estamos preparados para atenderte, brindarte diagnósticos precisos, instalaciones cómodas y seguras, y profesionales con experiencia en intervenciones quirúrgicas de diferentes implicaciones.

Contamos con los protocolos de seguridad requeridos, cirujanos maxilofaciales con gran experticia y un grupo de profesionales disponibles y preparados para atender tu caso. Algunas de las alteraciones que atendemos quirúrgicamente son ausencia o anomalías en maxilares, alteraciones en los huesos de la cara y afectaciones en las glándulas salivares.

Sin importar si tu problema es genético, adquirido o por traumatismo, te evaluamos y determinamos la mejor alternativa quirúrgica para resolverlo.

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Cirugías glándulas salivales

Las glándulas salivares ejercen un papel fundamental debido a su secreción en los procesos de humidificación oral, de ingestión y digestión de los alimentos.

Los síntomas más frecuentes referidos a las glándulas salivales son tumefacción o crecimiento, dolor, xerostomía o boca seca e hipersialorrea o aumento de saliva.

Las enfermedades que afectan a las glándulas salivares son diversas y su tratamiento será según la causa que la produzca. Las podemos dividir en:

Enfermedades inmunológicas, virales o bacterianas que requieren un tratamiento médico.
Procesos obstructivos: su tratamiento generalmente es médico, y en algunas ocasiones, se requiere tratamiento quirúrgico de extracción del cálculo y en ocasiones de la glándulas.
Tumoraciones: generalmente su tratamiento requiere cirugía. Aunque sean benignos, su crecimiento provoca deformidad facial, molestias y dolor, pudiendo afectar en ocasiones al nervio facial, responsable de la inervación de la musculatura de la cara y debe ser realizada por un cirujano maxilofacial con experiencia en este tipo de intervenciones.

Afectaciones en la estructura ósea facial

Las alteraciones de los huesos maxilares, tanto inferior como superior, pueden producirse a cualquier edad. En algunos casos se dan de manera congénitas, es decir, están presentes desde el nacimiento. En otros, se producen durante el desarrollo del niño y el resto, surgen en la edad adulta de diferentes formas: por quistes, traumatismos, problemas metabólicos, tumores, entre otros.